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22-9-2013|9:29|Perfil Amílcar VaraEntrevistas
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Investigan al juez por un crimen ocurrido hace 23 años

Amílcar Vara, el encubridor serial

Fue el juez acusado de encubrir a los asesinos de Miguel Bru. Un jury de enjuiciamiento lo destituyó y lo consideró culpable de encubrimiento y abuso de autoridad en 27 causas judiciales. Ahora lo investigan por proteger a los policías condenados por asesinar a un albañil.

  • Amílcar Vara hoy vive retirado en su casona de City Bell.
Por: Juan Manuel Mannarino

Amílcar Vara tenía un crucifijo de madera en su escritorio. El crucifijo pendía de una cortina roja. El juez lo miraba cada vez que recibía un expediente cuyo título era “apremios ilegales”. Después levantaba el tubo del teléfono y frenaba la investigación.

Vara fue un juez que no le hizo honor a su apellido: la Policía Bonaerense sabía que su vara no era la más firme. Todo lo contrario: era el que encubría, el que defendía a la fuerza. Conocido como el “juez amigo”, el que “hacía favores”, protegió a la patota policial que se formó en la dictadura y que se convirtió en la “maldita policía” del ex gobernador Eduardo Duhalde, la que se hizo famosa por el gatillo fácil, la corrupción y el asesinato del fotógrafo José Luis Cabezas.

Acusado, enjuiciado y destituido por haber encubierto a los asesinos de Miguel Bru, hoy es investigado penalmente por el crimen del albañil Andrés Núñez, desaparecido, secuestrado y torturado hasta la muerte en la famosa Brigada de Investigaciones de La Plata, en octubre de 1990.

Cuando lo visitaba algún periodista, Vara abría las manos regordetas con gesto de suficiencia ante las preguntas que lo comprometían: así se mostró en una de sus últimas fotos públicas, con un pañuelo rojo en el bolsillo del saco y la panza que sobresalía de la camisa blanca. Serio, concentrado en su trabajo, peinado a la gomina.

Estaba cómodo en su puesto hasta que descubrieron su trampa. Fue por el caso de Miguel Bru, el estudiante de periodismo desaparecido en 1993. Rosa Schoenfeld, madre de Miguel, ratificó ante el tribunal su teoría de que a su hijo lo mató la policía provincial y que Vara encubrió a los presuntos responsables. El juez se escudaba en su célebre frase: “donde no hay cuerpo no hay delito”, y enfrió la pesquisa. Hubo policías que lo apoyaron pero otros declararon en su contra. La justicia juntó pruebas contundentes en su contra y lo suspendió.

Vara no dio el brazo a torcer. Apoyado en certificados médicos que describían su afección cardíaca, quiso hacerse pasar por “insano mental”: dijo que el malestar cardíaco le provocaba un daño psíquico. Pactó con jueces amigos y durante años cobró una jubilación de privilegio. Otros fiscales, sin embargo, siguieron investigándolo. Y no le creyeron su estrategia de insania.

Un jury de enjuiciamiento, finalmente, lo destituyó a fines de los ´90. Vara era titular del juzgado de instrucción 7, en las que casi siempre benefició a hombres de la Policía Bonaerense. Fue un escándalo: se lo consideró culpable de encubrimiento, prevaricato, abuso de autoridad y violación de los deberes de funcionario público en 27 causas judiciales. Le suspendieron los honorarios y se trasladaron a la justicia penal las pruebas para que sea juzgado como cualquier ciudadano. "Es y fue siempre un delincuente", dijo Rosa Schonfeld, después de su destitución.

El crimen del albañil, otro encubrimiento

Ahora está viejo y enfermo, refugiado en su casa lujosa de City Bell. Pero, quizás, no disfrute de la tranquilidad del parque: está siendo investigado penalmente por el fiscal de Delitos Complejos de La Plata, Jorge Paolini. ¿Por cuál de todas sus 27 causas? Por el crimen del albañil Andrés Núñez, torturado hasta la muerte, en 1990, en la Brigada de Investigaciones de La Plata. La patota que liquidó a Núñez después lo enterró en un campo de General Belgrano, cuidado por un sobrino del ex comisario Pedro Anastasio Klodczyk, donde fue hallado por el testimonio de un policía quebrado.

La muerte de Nuñez tardó dos décadas en llegar a juicio. El 10 de diciembre de 2010 los policías Víctor Dos Santos y Alfredo González fueron condenados a perpetua por la Cámara Penal de La Plata, en ambos casos por el delito de torturas seguidas de muerte. La condena fue confirmada por la Sala Segunda del Tribunal de Casación Penal de la provincia con fecha 16 de agosto de 2012. En pocas semanas se juzgará a otro que estuvo veinte años prófugo.

La ex Brigada de Investigaciones era el centro de operaciones preferido del juez Vara. “Era la seccional de la policía más complicada de controlar. Había policías viejos que operaban con mucha impunidad. Vara era su mayor protector”, dijo a InfoJus Noticias Ernesto Ferreira, abogado de la familia de Núñez.

Su viuda, Mirna Gómez, se presentó como particular damnificada contra el ex juez Vara por amparar y ocultar torturas policiales. El juez de Garantías Fernando Mateos hizo lugar y ya le tomó declaración a la ex mujer de Núñez.

La imputación de Vara es un deseo postergado de Rosa Bru. “Durante el jury a Vara, el procurador pidió que se investigue penalmente a este juez por su accionar. Pero esa causa fue cayendo de juzgado en juzgado y todos los jueces se excusaron por su condición de pares, porque eran compañeros de trabajo. Esa es una deuda pendiente que esperamos se concrete”, dijo la madre de Miguel.

La deuda pendiente no es signo de falsa esperanza: hay testigos que vieron a Vara en el mismo lugar donde se torturó a Núñez, como el adolescente David Guevara, que cuando tenía 16 años vio lo que pasó la noche del secuestro del obrero en la Brigada. Torturado para que no declarara, y recayendo también en el juzgado 7, caminó junto a Vara inspeccionando la sede policial diez días después de su detención. Así fue que vio a uno de los hombres que lo habían picaneado: el subcomisario Ponce. Más tarde, ante otro juez, Guevara explicó cómo Vara hizo que Ponce saliera por un pasillo, mientras lo abrazaba y le hablaba al oído. La justicia nunca había investigado ese dato. Hasta ahora.

“Vara es un maldito”, dijo Mirna Gómez, quien le contó al fiscal Paolini cómo Vara le había dicho que se quedara tranquila. “Andrés se fue de viaje, ya va a volver”, le aseguró.

Y ahora sus abogados -que ya lograron que la causa no prescribiera a más veinte años de su asesinato- tendrán la difícil misión de conseguir que los testigos digan con precisión cómo fue que Vara fue juez y parte del crimen.
 

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