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18-7-2013|8:30|AMIA Nacionales
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Entrevista a Olga Degtiar, madre de una víctima del atentado

“Cuando termine este gobierno, la causa AMIA va a ser enterrada”

Olga va desde hace 19 años todos los 18 de cada mes a la vereda de Pasteur 633. Su hijo Cristian, de 21 años, murió en el atentado. Dice que "la bomba estalló en la AMIA y en cada casa donde hubo una víctima”. Integra la organización 18J. "Son 19 años de pelear contra la Justicia", afirma.

  • Olga Degtiar tiene 70 años. Desde los 51 va todos los 18 de cada mes a Pasteur 633. Leo Vaca.
  • El día del atentado, Cristian había ido al edificio de la AMIA a entregar un trabajo. Leo Vaca.
Por: Ximena Tordini

Olga Degtiar tiene 70 años. Desde los 51 va todos los 18 de cada mes a la vereda de Pasteur 633. Más de 200 veces fue Olga a la vereda de la AMIA a leer o a escuchar la lista de los 85 nombres de las personas que murieron el 18 de julio de 1994, a encender una vela y dejar una rosa. El día del atentado, el hijo de Olga, Cristian, había ido al edificio de la AMIA a entregar un trabajo. Tenía 21 años.

A principios de julio de este año, Olga fue a Roma junto con otros familiares que integran la organización “18J Familiares, sobrevivientes y amigos del atentado a la AMIA”. Cuando se bajó del avión se quedó sin voz: estuvo varios días afónica, un síntoma que empezó a tener durante el juicio a Carlos Telleldín. “Recién pude hablar en la entrevista con el Papa”, cuenta ahora en el living de su casa en Vicente López. La casa fue completamente remodelada meses después del atentado. Ella había cerrado todas las puertas de las habitaciones y vivía encerrada en su cuarto. “El silencio se escuchaba demasiado. Mis nietas eran chicas y se acostaban en la cama que había sido de Cristian y quedaba la forma del cuerpo. Yo miraba eso y me estaba volviendo loca”, cuenta.

Hoy Olga va a estar en el acto que se organiza en la puerta de la AMIA al cumplirse 19 años del atentado.

-Son 19 años de pelear contra la Justicia porque la verdad es que la justicia es tan lenta. Hoy me llamó una mamá muy temprano para preguntarme por dónde vamos a entrar al acto y me decía “Olga, ¿te das cuenta de que pasaron 19 años?”. Y yo me puse a pensar que más de una cuarta parte de mi vida la dediqué a pedir Justicia. Y ya me siento mayor, me siento grande y se lo dije al Papa, yo no quiero morir sin encontrar Justicia y sin saber la verdad.

¿Qué expectativas tienen los familiares de 18J frente al juicio oral por el encubrimiento del atentado?

-Si se avanza en el juicio, y se logra saber por qué razón se encubrió y quién dio la orden para que no se investigara el atentado, creo que algo tiene que surgir. ¿Por qué (el exjuez Juan José) Galeano le pagó a un persona para que invente una historia? ¿Quiénes son los responsables de que las pistas se fueran borrando y de la desaparición de pruebas? Cuatrocientos kilos de amonal no se consiguen acá a la vuelta. Tuvo que haber una gran complicidad y una complicidad desde el poder.

¿En qué momento empezaron a ver que además de la cuestión del atentado en sí estaba el encubrimiento?

-Nuestra necesidad de saber hizo que nos vendieran espejitos de colores. Nosotros empezamos a reunirnos con el juez, con los fiscales, y todos nos vendían una historia y nosotros creíamos porque realmente necesitábamos creer. Nos decían “se detuvo a Telleldin que tenía una Traffic” y así nos vendieron espejitos de colores. Nosotros lo descubrimos en el juicio oral.

-Los familiares nos empezamos a reunir a los cuatro meses del atentado y desde ahí yo no paré. Nunca me imaginé que iba a estar envuelta en todo esto, nunca me imaginé que iba a poder enfrentarme a un juez, o enfrentarme a un presidente o a quien fuese del poder.

Olga fue durante tres años a todas las audiencias del juicio oral contra Telleldín y otros imputados. “Ahí empecé a tener ataques de pánico. Las audiencias empezaban a las 10 de la mañana, terminaban a cualquier hora, éramos casi todas madres. Yo me volvía en el tren desde Retiro y había días que no podía respirar, se me cerraba la glotis y me ahogaba”.

Junto con otros familiares, Olga apoya la firma del memorando de entendimiento con Irán que permitiría, si ese país también lo firma, que los iraníes que están sospechados de haber sido responsables del atentado sean indagados por la Justicia argentina.

-Yo creo que esta es la única y última posibilidad de que la causa avance a nivel internacional. A mí no me tranquiliza el hecho de que se culpe a gente inocente. Yo quiero saber si lo que dice el fiscal Nisman es verdad. Quiero que la justicia determine si todo eso es verdad y que un juez argentino pueda indagar a los iraníes y lo pueda corroborar. Si el memorando no sale, la causa está estancada. Hay muchos que no están de acuerdo porque consideran que el memorando es negociar con un país que niega la Shoá, que quiere borrar a Israel de la faz de la tierra. Yo no estoy de acuerdo con Irán, no estoy de acuerdo con ningún conflicto bélico de ningún país, ni de Irán a Israel ni de Israel a Irán. Pero yo quiero saber la verdad. En el conflicto con Palestina, Israel negoció la liberación de un soldado, Guilad Schalit, a cambio de la liberación de mil detenidos palestinos acusados de terrorismo. Los países negocian cuando les interesa negociar. Yo soy judía y voy a seguir siendo judía aunque la comunidad me defenestre porque apoyo algo que la comunidad niega. Es muy fácil negar cuando no se ha perdido a un ser querido.

En la casa de Olga no hay objetos de Cristian. Los botines y los trofeos de los torneos de fútbol que ganó están en la AMIA. Las fotos se fueron repartiendo entre la familia. Las últimas se las llevaron los hijos, para armar un video por los 50 años de casamiento de Olga y Juan, el papá de Cristian. Olga saca y muestra tres fotos en las que Cristian tenía 13 años.

-A mí me quitaron un hijo de 21 años y me arruinaron la vida. Yo tengo otros dos hijos y seis nietos. Soy muy feliz con ellos pero lo que me quitaron no lo remplaza nadie. Cuando los domingos  esta mesa está llena, yo siento la felicidad plena de tenerlos a todos ellos pero no hay domingo que no me caiga una ficha: acá no falta solamente Cristian, falta Cristian y la familia que Cristian hubiera formado. La bomba estalló en la AMIA y en cada casa donde hubo una víctima. Y adentro mío.

-¿19 años después qué sería Justicia para usted?

-En nuestra organización vivimos cada día pensando qué podemos hacer para que la causa AMIA no se muera. Y yo estoy convencida de que cuando termine este gobierno la causa AMIA va a ser enterrada muchos metros bajo tierra porque hay demasiados intereses creados para que esto no se esclarezca. Lo que la mantuvo viva estos años fue el hecho de que Néstor y Cristina hicieron lo posible para que siga avanzando. La institución AMIA se reconstruyó sobre la sangre de nuestros muertos: ellos pudieron reconstruir su edificio, nosotros ni pudimos revivir a nuestros muertos ni pudimos rehacer nuestras vidas. Justicia es encontrar a los responsables: a los que encubrieron, a los que lo organizaron y lo financiaron. A los que hicieron posible el atentado y a los que fraguaron pistas. A los que hicieron un juicio que fue un circo. Y que cada uno pague la pena que corresponde a lo que hizo. Yo sé que Menem no va ir preso por la edad que tiene, pero quiero que la sociedad se convenza de que él fue responsable. Quiero saber si lo que dice Nisman sobre la responsabilidad internacional es verdad, quiero que un tribunal argentino lo diga. Yo quiero que alguien pague. No me quiero morir sin saber la verdad y no me quiero morir sin ver que alguien vaya a la cárcel por el delito que haya cometido.

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