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15 de Marzo 2016 - 9:07 hs
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31-8-2013|9:37|Juicio Opinión
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Once policías acusados de tortura absueltos

Sentencia en el caso Gorosito: se fugó la justicia

El jueves absolvieron a once policías acusados por la muerte de Fabián Gorosito, cuyo cuerpo apareció en un descampado en 2010. Hugo Cañón, co-presidente de la Comisión Provincial por la Memoria, sostiene, a partir del fallo, que la policía no podría operar el delito complejo sin complicidad judicial.

 

La justicia de fugó por la ventana mientras los jueces abrieron la puerta de la sala de audiencia para que ingrese la impunidad. Ocurrió en los tribunales de Morón. Fue una escena dantesca. Son jueces del TOC 5 de Morón, porteros y parteros de la impunidad de policías criminales: Angela Parera (Presidenta), Carlos Thompson y Susana Di Carlo. Algún día habrán jurado por la Constitución, por tratados de derechos humanos, por la legalidad y el estado de derecho. Pero me cuentan que lo hicieron cruzando los dedos, porque no asumieron sus cargos de señorías o excelencias con verdadera voluntad de velar por la ley y aplicar la vara justa. Asumieron con aptitud y actitud discriminatoria y corporativa. Si la víctima es un pobre y excluido, y los criminales uniformados de la bonaerense, están ante un combo perfecto con una única solución final: la absolución para quienes integran este aparato terrorífico de poder exterminador.

La secretaria leyó con voz temblorosa, en ella quedaba algún resto de pudor frente al anuncio que tendría que hacer. Fue encomendada por los jueces cómplices de los policías criminales para comunicar la mala nueva. Unánimemente, sin fisuras y con convicción, los jueces decidieron absolver a una mujer civil y a once policías bonaerenses de la Comisaría de Mariano Acosta, Partido de Merlo. El delito: torturas seguidas de muerte de Fabián Gorosito, en 2010.

La ley lejos, lejos. Los policías cerca, cerca. Aquella se escondía dentro de los códigos, éstos reían y se codeaban ante la condecoración judicial. Claro, eran galardonados por machacar la carne humana y arrojar en un zanjón al hijo de esos padres que esperaban un acto reparador de la Justicia. Esta se sacó la venda para no equivocarse, a los compañeros de ruta no se los puede tocar. Los uniformados volaron en libertad a su base de operaciones para continuar desplegando sus vicios de crueldad.

Desde la Comisión Provincial por la Memoria actuamos como veedores del juicio, buscando sostener a una familia devastada e insegura frente a la desmesura del poder al que demandaban justicia. Realizamos intervenciones frente a irregularidades manifiestas. Recorrimos un camino minado por estos jueces expertos en actividades corporativas: el “inexplicable” intento de desdoblamiento del juicio, la falta de publicidad de las audiencias y la escandalosa permisividad de estos magistrados frente al hostigamiento a testigos y familiares por parte de los imputados y defensores.

A pesar de ello, más dignos que pobres y desafiando las amenazas que sufrieron durante años, estos testigos dieron su testimonio sobre los hechos. Contra toda prueba esta justicia artera absolvió por todos los cargos a todos los imputados. Indignación, llanto, dolor y desesperanza de la familia y quienes los acompañábamos.

La jugada indigna de la justicia mostró –como en el caso Duffau- la connivencia policial-judicial. Los jueces cubren con un manto de enorme impunidad a la fuerza policial que sigue engordando credenciales para matar. Además acrecentan el miedo de la familia de Fabián, que teme volver a su barrio, donde convive con los asesinos de su hijo. Esos criminales están sueltos y absueltos. ¿Cómo no temer la represalia y que ahora vengan por ellos como fueron por Fabián?

Estos jueces, como todos aquellos que realizan estas prácticas de encubrimiento y complicidad, tendrán que explicar la tropelía de las condenas arbitrarias, tendrán que rendir cuentas por todo esto. No hay construcción democrática sólida y permanente sobre esta impunidad distribuida en fojas judiciales por señorías corporativas. ¿Qué pasará si, algún día, Giménez, Fernández, Fortunato, Ortiz, Nieva, Cuelli, Villalba, Oviedo, Dipierro, Ose, Sánchez y Sosa vuelven a torturar o matar? Ya tienen su carta de inmunidad para hacerlo. El brazo de la ley no los alcanza, juegan en un mundo vip, sin reglas ni códigos, salvo los pactos de silencio y complicidad. El sufrimiento de miles de jóvenes, pobres, marginados, nos señala que es hora de asumir un debate profundo sobre la justicia en la Provincia.

La maldita policía, que antes fuera la mejor policía del mundo, no podría operar el delito complejo si no contara con la directa complicidad de jueces y fiscales que avalan la tortura y la muerte.

A 30 años de democracia formal desde la CPM decimos ¡Tortura nunca más! Exigimos darnos la posibilidad colectiva de democratizar la justicia para una sociedad más justa e integrada. La desigualdad habilita discriminaciones basadas en el prejuicio. Por eso se impone bregar por más igualdad.

Seguiremos acompañando a la familia de Gorosito para que se revise esta sentencia grotesca y legitimadora del mal. Hoy sentimos la congoja en el cuerpo por esta injusticia y abrazamos a esa mamá y ese papá en su inconmensurable dolor.

La Comisión Provincial por la Memoria demanda honrar la memoria de una víctima de agentes policiales que integran la estructura de poder de la provincia de Buenos Aires, y que se juzgue a estos jueces que mataron nuevamente a Fabián Gorosito.

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