Infojus Noticias

14 de Marzo 2016 - 22:50 hs
Ingresa al Archivo de Infojus Noticias
18-12-2014|13:56|Lesa Humanidad Nacionales
Etiquetas:
Mantienen las condiciones de detención

Vesubio: prisión perpetua para tres militares y un penitenciario

En la sentencia, el tribunal tomó el pedido de las querellas y de la fiscalía: amplió la acusación por homicidios y delitos sexuales. Dos de los imputados hicieron uso de sus últimas palabras antes del veredicto.

  • Sol Vazquez
Por: Infojus Noticias

Con la sala repleta, a la una y media empezó la lectura de la sentencia por los crímenes en el Vesubio (segundo juicio), Los cuatro imputados fueron condenados a prisión perpetua -por distintos números de casos- por los mismos delitos: privación ilegítima de la libertad agravada por violencia y amenazas, en concurso real con el delito de homicidio calificado y violación. Ellos son los exmilitares Gustavo Adolfo Cacivio, Jorge Crespi, Federico Minicucci y el expenitenciario Néstor Cendón El quinto acusado era Faustino Svencionis, pero falleció antes de terminar del juicio. 

En su veredicto, el tribunal tomó lo que habían pedido las querellas y la fiscalia: que se ampliara la acusación por homicidios y delitos sexuales. Las detenciones  de los condenados se mantendrán en las mismas condiciones en las que llegaron al proceso. 

Últimas palabras de dos acusados

Néstor Norberto Cendón y Gustavo Adolfo Cacivio, alias “el Francés”, hicieron uso de las últimas palabras esta mañana. Usaron distintas estrategias: Cendón se dedicó a negar todas las acusaciones en su contra, diciendo que todo era un invento del sobreviviente Jorge Watts. Cacivio hizo un alegato político. Usó alrededor de media hora para justificar la represión ilegal y –en términos fácticos- confesó su participación: “Yo jamás –y lo digo bajo juramento ante Dios- fui jefe del Vesubio. Ni tampoco Crespi. Sí acepto que estuve en Vesubio. Pero les puedo asegurar que si yo hubiera sido el jefe, eso funcionaba de otra manera”, dijo en un pasaje de un discurso encendido.

Un rato antes, se habían negado a hablar el ex teniente coronel Federico Minicucci y Jorge Raúl Crespi, que presencian el juicio por videoconferencia, desde Paso de los Libres. El presidente del Tribunal Oral Federal N° 4, dio paso a un cuarto intermedio y anunció la lectura del veredicto a partir de las 13:30. 

El hombre que contó a la CONADEP los secretos de la represión

“Quería decir que me encuentro acusado de cientos de delitos por haber tenido la osadía de hacer una denuncia en la que involucré a un militante como el señor Watts”, empezó Néstor Norberto Cendón, ex agente penitenciario. “No me acusó en la Conadep, ni en el Juicio a las Juntas. Y tanto tiempo después me ubica como guardia de Vesubio, como jefe de la patota, y como nazi que mató a todos”, continuó. “Yo vengo de una familia de abuelos lituanos y polacos, madre lituana, que dejó tíos en Polonia, nadie puede explicarme a mí lo que fue el nazismo”.

Cendón fue un penitenciario que estuvo preso en Caseros por robo. Le dieron la opción de “regenerarse” integrando la patota. Al inicio de los años ’80, declaró en la Comisión Nacional por la Desaparición de Personas (Conadep), y reveló algunas de las atrocidades y los métodos que se habían empleado en la represión ilegal. Describió con lujo de detalles el Vesubio, las tres casas que lo conformaban, y dijo quiénes eran los jefes. Contó por qué Duran Saenz fue reemplazado como jefe del centro, en 1978. Muchos años después, negó esas revelaciones y dijo que había sido obligado a firmarlas.

“Watts dice que estuvo con mis hijas. Que va a ayudarlas. Ojalá eso sea así porque yo no tengo hijas”, disparó. “No entiendo por qué tanto ensañamiento conmigo. Creo que está equivocado, que me confunde con Estanislao Vaello, que tenía hijos. Ahora, si es por odio o venganza, creo que la venganza es un veneno que uno toma para lastimar al otro. En este caso a mí, pero también a la justicia”, cerró Cendón.

Desde la sala del público, donde unas treinta personas siguen la definición del juicio, Watts lo escuchaba, junto a otros sobrevivientes. Mientras Cendón hablaba, había gestos de desaprobación, bufidos. “Era previsible. Su defensa estuvo cinco horas y media hablando de mí el jueves anterior”, le dijo Watts a Infojus Noticias. “Las primeras horas estuvo dedicándose a negar lo que dijo en la Conadep, diciendo que no tuvo abogado, cuando él iba ahí como testigo, y no como acusado. Pero al final, dijo que si llegaban a condenarlo, el tribunal tuviera en cuenta que había sido un colaborador de la justicia, y un delator de sus compañeros, y que le dieran la tercera parte de la pena”, agregó uno de los testimonios claves del juicio por su memoria prodigiosa. Watts sobrevivió 53 días en El Vesubio y estuvo siete meses en dos cárceles a disposición del Poder Ejecutivo Nacional.

El Francés: agente de inteligencia de La Cacha al Vesubio

Después fue el turno de “El Francés”. Gustavo Adolfo Cacivio tomó el micrófono: “Elegí mi carrera de militar por vocación, sin influencia de nadie. Ingresé en el ‘61 y en el ‘62 hice un juramento del que sólo la muerte me puede eximir: defender a la bandera, que es defender a la patria. Y para defender a la patria, todo es válido”, arengó el Francés, a quién los sobrevivientes recuerdan como uno de los jefes del centro clandestino. El resto de su diatriba recorrió esos carriles: una justificación ideológica e histórica de la represión ilegal que desató el Ejército. “Mas aún, cuando la patria quiere ser tomada por ideas de otros países, otros imperialismos, ya sea el norteamericano, el chino maoísta, o el soviético estalinista”.

Cacivio fue condenado hace dos meses por su actuación como agente de inteligencia dentro de La Cacha. Operaba en el Destacamento de Inteligencia 101. En 1978, pasó a visitar el Vesubio. Allí los ex detenidos recuerdan su voz de mando, y su formación ideológica. “Esas ideas iniciaron las acciones de guerra en este país, después de haber violado la juridicidad de esas leyes, ahora quieren que a nosotros nos juzgue esa justicia. Ustedes, jueces del tribunal, como yo, fuimos contemporáneos y no nos van a contar que fue lo que sucedió en esa época”, dijo.

Después habló de su rol en el Vesubio. Entreverado en su discurso político, hizo una aceptación de su papel en los hechos juzgados: “No me pueden hablar de las responsabilidades en las violaciones, cuando yo puse en la palestra eso y tomé medidas con los violadores. Y dije que si los cruzaba los mataba”, dijo, revelando su capacidad de mando. “Señores jueces, espero que se marque un hito en lo que otros juzgados vienen haciendo. Júzguenme por lo que yo hice, no por lo que dicen que hice”, concluyó.

Afuera, en el hall, la fiscal del juicio, Gabriela Sosti, hizo su lectura de esos dichos. “Se autoincriminó. Quedó claro, aunque lo ubicó en un contexto determinado, que participó de los hechos”.

"Que la sentencia contribuya a la verdad y la justicia"

Antes de conocerse la sentencia, Gabriela Sosti, fiscal del juicio, había dicho a Infojus Noticias: “Espero que esta sentencia contribuya a la verdad y a la justicia. Creo que nuestra acusación  fue lo suficientemente sólida para sostener una condena”, dijo Sosti. Y el tribunal también lo consideró así. 

En el primer juicio por los crímenes del Vesubio, en septiembre de 2011, siete militares fueron condenados a prisión perpetua y más de veinte años de cárcel. En febrero de 2014, el Tribunal Oral Federal N° 4 conformado por los jueces Néstor Costabel, Horacio Barberis y Eduardo Carlos Fernández comenzó a juzgar a cuatro ex militares y un ex penitenciario por secuestros y torturas cometidos contra más de 200 víctimas.

Promediando este segundo juicio, el Ministerio Público Fiscal y algunas querellas pidieron ampliar la acusación por homicidios y por delitos sexuales como delitos autónomos de las torturas. Los jueces respondieron que era una atribución suya –sin darles intervención a las defensas-, y lo concedieron. Los imputados volvieron a ser indagados. “En la instrucción de la causa, el juez Rafecas no los había procesado por homicidio, que es lo que permite pedir la prisión perpetua. Por suerte el Tribunal aceptó el pedido de ampliación, porque no es tan sencillo”, explicó Sosti. “Y sería muy importante para las víctimas que haga lugar al reconocimiento de los delitos sexuales como delitos de lesa humanidad”.

La fiscalía pidió por tres mujeres que relataron los abusos sexuales que sufrieron en El Vesubio, aunque hubo más. “Preferí pedir por estos tres casos, que lo relataron en primera persona y me pidieron que quería que eso se investigue, un requisito en delitos de abuso sexual”.

La estructura

 “Con una lectura técnica de la totalidad del juicio, comprobamos que el Vesubio no era un lugar aislado. Tenía interacción con otras áreas. Esto es importante: los jueces tienen que entender que los represores circulaban por toda un área represiva, cómo el Francés (Adolfo Cacivio). Así construí yo su imputación en este juicio”, dijo la  fiscal Sosti.

En su faz operativa, El Vesubio tuvo algunos aspectos singulares. Por ejemplo, las conexiones fluidas con otros “chupaderos”. La subzona 11 se dividía en seis áreas (de la 111 a la 116). Jurisdiccionalmente, El Vesubio funcionaba en el área 114 –junto con otros centros como el “Protobanco o Puente 12”, el “Banco, Sheraton , Omega”-, pero el manejo directo estaba a cargo de la Central de Reunión de Inteligencia de la Tablada, en el área 112. “Esta doble dependencia y la doble participación del área 114 y del área 112 -a cargo de Minicucci y Svencionis sucesivamente-” era importante porque “muchos secuestrados de Vesubio fueron llevados a muchos de esos otros centros clandestinos y varios represores cumplieron funciones o tuvieron jurisdicción militar sobre ellos”, afirmó en su alegato la fiscal.

Las defensas de los represores insistieron en la estrategia de la edad, queriendo excluir a alguno de sus clientes del juicio. Fue el caso de Jorge Crespi, cuya participación tambaleó por un informe médico privado que decía que había tenido un Acv y no estaba en condiciones de afrontar un nuevo proceso. Y aunque su defensor siempre asistió a las audiencias, fue reincorporado al banquillo de los acusados recién al final del juicio. “El Ministerio Público y las defensas insistimos y forzamos un nuevo estudio donde los peritos de la Corte tuvieron que reconocer que estaba en perfecto estado de salud”, contó la fiscal.

Relacionadas