Infojus Noticias

15 de Marzo 2016 - 10:22 hs
Ingresa al Archivo de Infojus Noticias
23-10-2013|12:04|Medios y dictadura Opinión
Etiquetas:
El rol de los medios en la dictadura

"La cooperación mediática no es cualquier complicidad"

Florencia Saintout, decana de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata, cuenta por qué el proyecto “Resistencias de papel: diario El Día y dictadura” investiga el papel de los medios en la instauración del terrorismo de Estado.

 

En Argentina atravesamos un momento de reparación de las heridas del genocidio. Este proceso tiene su hito fundacional en el pedido de disculpas del presidente Néstor Kirchner, en nombre del Estado Nacional, por el gran crimen cometido. Un genocidio que se ejecutó durante la dictadura y logró pervivir a lo largo de las décadas de impunidad.

El Estado que perpetró el crimen y luego fue garante de la impunidad, hoy escucha y retoma el clamor popular convertido en lucha de los organismos de derechos humanos, de las Madres y las Abuelas, para construir una democracia más robusta sustentada en la memoria, la verdad y la justicia. Este camino requiere de un Poder Judicial a la altura de la historia para procesar a los perpetradores de esos delitos de lesa humanidad, dando paso a los desafíos pendientes: la complicidad civil durante la dictadura.

En este sentido, la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP presentó el proyecto de investigación “Resistencias de papel: diario El Día y dictadura”. Resistencia de Papel se erige como un proyecto revisionista, que exhibe la vocación de interpelar al diario El Día para desnudar los fundamentos y objetivos perseguidos por aquellos que cooperaron desde posiciones de privilegio en pos de garantizar el accionar represivo. En particular, apunta a explicitar el papel de un periódico que, desde la etapa fundacional de La Plata, ha sido un actor de inconmensurable peso específico en lo que concierne a la toma de decisiones y el diseño de la política local.

Manifestar la participación de la prensa durante la dictadura militar permite dar cuenta de la complicidad con la que actuaron. Pero se hace ineludible aclarar que fue un tipo de complicidad particular: fueron partícipes necesarios. Habría sido imposible cometer ese crimen sin un periodismo que accionara al servicio del gobierno genocida, es decir: que ocultara información, que delatara y mintiera. Si la dominación no se ejerce sólo por la fuerza sino también simbólicamente, los medios de comunicación cumplieron un papel en la instauración del terror y en la construcción de un sentido socialmente compartido sobre la inexorabilidad de ese proceso.

El trabajo de análisis crítico nos permitirá acceder con certezas al accionar del diario El Día respecto de la última dictadura cívico militar. Es necesario que esas aseveraciones, que desde la Universidad Pública podemos aportar, se conviertan en pruebas para pedir explicaciones a los responsables mediáticos. En otros países los medios colaboracionistas han asumido su participación con los regímenes genocidas. En algunos casos han pedido disculpas: O´Globo en Brasil es quizás el paradigmático, por la magnitud del medio. En Argentina ni los empresarios mediáticos ni los periodistas han esbozado un pedido de disculpas, lógico cuando ni siquiera reconocen su cooperación.

La cooperación mediática no es cualquier tipo de complicidad, menos aún cuando es una actitud mancomunada con los perpetradores de un plan sistemático de desaparición. El diario El Día transcurre amparándose en una supuesta historia y tradición que, según su relato, los tornaría inmunes a cualquier cuestionamiento. Historia y tradición que los muestra envueltos, con participaciones denodadas y acciones directas, en la legitimación de órdenes autoritarios y la posterior defensa del olvido y la impunidad.

Por ello, la caracterización de su participación como mera complicidad resulta insuficiente. Estos medios fueron más que cómplices, fueron aliados beneficiados ampliamente por esos pactos y, además, férreos cooperadores para lograr que cada una de las etapas del crimen planificado se ejecutaran tal cual estaba previsto. El ocultamiento, la mentira, la tergiversación y la campaña abierta prodictadura e impunidad son elementos más que suficientes para pedir explicaciones, para que los responsables de este diario involucrado cuenten qué saben y sean juzgados.

Hace días, con motivo de la entrega del Premio Rodolfo Walsh a Susana Trimarco en la FPyCS, Hebe de Bonafini aseguraba: “Clarín con una operación habilita a que se maten a 30.000”. En la ciudad de la Plata, el Diario El Día habilitó a que se persigan y desaparezcan compañeros bajo el título “enfrentamientos”. Como sociedad que lucha por una democracia más robusta, nos debemos las explicaciones que la familia Kraiselburd debe darle a la justicia. Sólo así podremos pensar en más décadas de democratización.


 

Relacionadas